12.15.2006

La idea de Cibercultura… segunda entrega: por la ampliación del término

La vez anterior tuve la oportunidad de hacer partícipe al lector de este espacio de una dinámica grupal realizada para conocer investigadores que se relacionaran con la línea de investigación que cada uno de los integrantes del LCD (Laboratorio de Comunicólogos en Desarrollo) a través de la distancia física y territorial, vinculando de alguna forma ideas que pertenecían a la lógica de la Cibercultura, pues bien, esta vez, comparto a ustedes ideas que desarrollé en un texto que pretendió ser un artículo científico de la experiencia de la Cibercultura en el curso de Computación Aplicada a la Investigación, donde la Licenciada Laura González Morales, fungió como coordinadora.

Cibercultura según el investigador Jesús Galindo en el prólogo del texto Cultura(s) y cibercultura (s). Incursiones no lineales entre complejidad y comunicaciones, de Jorge González, es una palabra que se compone por los vocablos “cyber” que en griego hace referencia a la persona que gobierna, y del término “cultura” que en latín está relacionado con la idea de cultivo, de esta manera, las acepciones que contiene la palabra como tal: Cibercultura, son las de control, conducción, cultivo y significaciones.

Con base en lo anterior puede deducirse que la Cibercultura implica más allá que los dispositivos tecnológicos, relativamente, más recientes: computadoras, Internet, Sistemas de mensajería instantánea, celulares, o los que nos podamos imaginar, con los que comúnmente suele vincularse en distintos ámbitos de la realidad (en la ingeniería, en la filosofía, comercialmente, etc).

Sin embargo, sí se utilizan los recursos que estén a nuestro alcance de la mejor manera para lograr nuestros objetivos en diversas situaciones de la vida cotidiana, es decir, se crean estrategias de acción y reflexión, que representen para nosotros la mejor opción en la reducción de costos (físicos, materiales, temporales, etc.) y en el aprovechamiento máximo de las capacidades tecnológicas y, sobre todo, humanas.

La cultura de información dentro de esta vertiente de estudio y reflexión tiene como actividades características las de codificar, organizar, sistematizar, y procesar los datos, para que por medio del establecimiento de una lógica a favor del sujeto que los entiende, asimila e interrelacione, esos datos puedan aspirar a convertirse en información, el componente básico para poder desarrollar las demás etapas ciberculturales, así como las pertinentes relaciones con y en el mundo.

El siguiente cultivo es el de la Comunicación, en el cual se establecen, se mantienen, y se transforman los vínculos entre los distintos componentes humanos con sus respectivos sistemas de información, dicho vínculo o relación trata de formarse en el entendimiento de que todos los integrantes tengan los mismos derechos y las mismas obligaciones. Sin un orden jerárquico entre ellos, “todos iguales” o sin restricciones impositivas, lo que Galindo denomina “actitud abierta y horizontal”.

En lo que respecta a la cultura de conocimiento se entiende a ésta como una mediadora entre las dos anteriores, pues se nutre de la necesidad de conocimientos a detalle, de una reflexión continua de lo que se lleva a cabo (lo cual se hizo con cada una de las actividades asignadas), para que no sea acción sin meditación lo que resultaría en una pérdida de tiempo y en el desperdicio de los recursos. Dicha meditación se hace a nivel “intraobjetual”, de primer orden, e “interobjetuales” de segundo orden.

El conjunto de estas tres culturas y su interrelación vistas como un todo en donde éste es más que la simple suma de sus partes, en el que una parte refleja las otras dos y a su vez está reflejada en las demás; la práctica pensada y reflexionada de ellas es lo que se busca en un mundo actual lleno de contradicciones, de complejidad, acuerdos, simplezas; en el que el conocimiento es fundamental y en gran parte es construido mediante la investigación, la exploración, la profundización de saberes.

El proceso para desarrollar Cibercultura es continuo y no puede terminarse en un semestre, o lo que en verdad dura el curso ya indicado. Ya que el mismo conocimiento no está dado, es un proceso y una construcción, por lo que se requiere de su “mejora” a lo largo del tiempo, de actualizaciones, y mirar hacia los nuevos paradigmas, como en este caso es el de la Cibercultura.